Escuchar metal es una enfermedad

Una enfermedad y una discapacidad. Por lo menos así lo ha reconocido la justicia sueca en el caso de un señor llamado Roger Tullgren.

Ozzy

El señor tenía 10 años tratando de que el gobierno sueco reconociera que su gusto por el heavy metal, era una adicción que le afectaba psicológicamente y no le permitía desempeñarse correctamente en su trabajo. En su último trabajo le corrieron debido a sus recurrentes faltas y es que asistió a mas de 300 conciertos en solo el 20061.

Al final logró que el gobierno le concediera una pensión de 400 euros mensuales y solo trabajar medio tiempo. Con la comprensión de sus empleadores sobre que el señor tiene que asistir a sus conciertos, sino se pone de mal humor.

Via: El Mundo


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    Y yo que pensaba que paranoideo iba a muchos conciertos.